Se sirve en España el día 6 de enero denominado día de Reyes y es propio de su repostería.
El origen parece estar relacionado con las saturnales romanas, fiestas dedicadas al dios Saturno con el objeto de que el pueblo romano en general pudiera celebrar los días más largos que empezaban a venir tras el solsticio de invierno. Para estos festejos se elaboraban unas tortas redondas con higos, dátiles y miel, que se repartían igual entre plebeyos y esclavos.
Ya en el siglo III en el interior del dulce se introducía un haba seca y al afortunado que le tocaba era nombrado rey de reyes durante un corto espacio de tiempo ya establecido de antemano.
Testimonios del siglo XII sobre el Roscón de Reyes o el Rey de la Faba, uno de ellos del Reino de Navarra, donde en 1361 se designaba Rey del Faba al niño que encontraba el haba en el Roscón (como en la actualidad). Otro corresponde al poeta andalucí Ben Quzman, quien en su cancionero describe una tradición similiar con una torta en año nuevo que contenía una moneda. Ambas tradiciones se han conservado durante siglos.
El Roscón original no suele llevar ningún acompañamiento ni ingrediente añadido, pero en España desde el último tercio del siglo XX, se preparan variedades con crema, nata, crema de chocolate y cabello de ángel y según el tamaño suele contener una o varias sorpresas y un haba.