En Nicaragua descubrimos los pastelitos de pollo, una especie de empanadilla con un toque de azúcar por encima y relleno de pollo. Nos gustaban tanto que siempre dije que una vez en España intentaría hacerlos. He tardado un poquito pero al fin me decidí a hacerlos. El resultado ha sido espectacular, nunca imaginé que me podrían quedar tan ricos.