El lacado de cajas es una técnica ancestral oriental que tiene una larga tradición en Vietnam.
La laca es una resina que se extrae del árbol de laca que tras varios días de decantación, proporciona materiales de diversas calidades. Se aplica sobre un soporte de bambú o de madera en varias capas, que se secan y se pulen una a una, lo que confiere a la laca una profundidad incomparable. La gama tradicional se reduce a tres colores: el marrón y el negro son tintes naturales de la resina y el rojo se obtiene mezclándola con hematita.
Los artesanos primero pintan el producto con un aceite de anacardos que tendrán que dejar secar durante cinco días, para después pulirlo con papel de lija y agua. Para un sólo producto se necesita pintar y volver a pulir doce veces, lo que supone un total de sesenta días. Aunque si la pieza a lacar es de bambú, se necesitan veinte días más.
El lacado adoptó nuevas técnicas decorativas como las incrustaciones de nácar que se realizan en la ebanistería. Todo ello un trabajo completamente manual que requiere de formación y precisión.
Estas son nuestras dos cajas lacadas vietnamitas. En las dos hay una típica libélula vietnamita. La primera es un regalo que nos llegó este verano directamente desde Vietnam, es una caja negra lacada con una libélula de incrustaciones de nácar. La segunda y de color rojo, es otro regalo que se adquirió en una tienda local que actualmente ya no existe y que importaban estas lacas de Vietnam. En ésta la libélula sirve de cierre. Las dos son preciosas y son nuestros pequeños tesoros de laca vietnamita.
